jueves, 18 de febrero de 2016

El Imperio hispánico.

El Imperio Hispánico


Entre 1474 y 1700 se extiende un período crucial de la Historia, definido por la vigorosa proyección de la Monarquía Hispánica: los Reyes Católicos pusieron las bases de esta monarquía con la unión dinástica de Castilla y Aragón, la incorporación de los reinos de Granada y Navarra, la conquista y afirmación en el sur de Italia y el norte de África y la expansión atlántica. El desarrollo de una bien meditada diplomacia, uno de cuyos puntos clave fue la captación de vínculos matrimoniales con las principales potencias europeas, dio paso a la entronización de una nueva dinastía, la de los Habsburgo, y sumó a los dominios de la monarquía otros territorios europeos, luego ampliados con nuevas conquistas en Italia y la incorporación de Portugal. El siglo XVI es el de hegemonía de la Monarquía Hispánica que estará presente en todos los escenarios europeos y del mundo conocido. Pero la amplitud y dispersión de los territorios situados bajo su soberanía despertará los recelos del resto de Europa y la irán debilitando en una sucesión de conflictos bélicos y diplomáticos. La defensa de sus posesiones y de su prestigio frente a las celosas potencias europeas, será el motor de la política internacional de los soberanos y gobernantes del siglo XVII, que poco podrán hacer ante el derrumbe de su hegemonía económica, política y militar, mientras tienen que hacer frente a la rebelión interna de sus reinos, con desigual intensidad y resultados. Con la empresa ultramarina auspiciada por los Reyes Católicos se inició la proyección de la Monarquía Hispánica al otro lado del Atlántico, si bien cuando realmente adquiere trascendencia el Descubrimiento no es en 1492, cuando Colón llega a las Antillas, sino más adelante, cuando tuvieron lugar los grandes descubrimientos y cobró fuerza la empresa colonizadora.

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